ESTADO WARI

 ESTADO WARI

Ocho siglos antes del surgimiento del imperio inca, dos poderosos reinos dominaban el mundo andino con sus magníficas ciudades, templos y caminos. Al sur, estaban los Tiahuanaco, con un gran centro ceremonial en las cercanías del lago Titicaca.
De la Cultura Huari en el Perú actual quedan diversos yacimientos arqueológicos, de los cuales la antigua ciudad de Wari (600-1100 d. C.) es la más importante, ya que fue capital de un imperio que cubrió buena parte de la costa y la sierra peruanas.
Dichas ruinas se encuentran a 22km al noroeste de la actual ciudad de Ayacucho entre 2900 y 2600 msnm.

El Imperio wari

Artículo principal: Imperio tiahuanaco-huari

La presencia del Dios de las Varas en las vasijas rotas wari, que se asemeja a una divinidad que aparece grabada en la «Puerta del Sol» de Tiwanaku, indicaría influencia cultural tihuanaquense. Esta imagen aparece dibujada en unas grandes urnas ayacuchanas que se conocen como estilo conchopata, pues este es el sitio donde se les encontró por primera vez. La influencia de Tiahuanaco, así como la de Nazca seria crucial en la formación cultural y religiosa de esta cultura. En [Ayacucho] existió la cultura huarpa, que desarrolló importantes contactos económicos con Nazca, permitiendo que en Ayacucho se produjera un notable desarrollo de la producción artesanal y cultural.
Los huarpas abandonaron sus pueblos para reunirse en la ciudad de Wari y otras cercanas. Estos pobladores tenían una larga tradición militar debido a las constantes luchas por los recursos en las montañas. Estas son las condiciones que permiten el tránsito de huarpa a wari, entre los años 560 a 600; se desarrolló una cerámica ceremonial conocida como «robles moqo» que tiene un área mayor, que involucra al menos las regiones de Ayacucho, IcaNazca, el valle del Santa y por la sierra hasta el Callejón de Huaylas.


En la ciudad de Wari se pueden observar edificaciones monumentales como edificios públicos de varios tipos, mausoleos, templos y residencias, siendo las más conocidas las del sector denominado Uspa QotoCapillayoq, en el sector llamado Cheqowasi hay unas cajas de piedra muy bien labradas, son una especie de mausoleos con varias cámaras; son subterráneos. Debieron servir para la preservación de cadáveres de importantes dignatarios de la ciudad. Al pie de los muros que delimitan los edificios hay una gran red de canales para el abastecimiento del agua.
Cubre una extensión aproximada de 120 hectáreas en su parte más densa, donde vivieron algunos miles de familias. La ciudad está construida con piedras rústicas, con murallas muy altas hechas de piedra y barro, con terrazas y plataformas hechas también con ese material.
En la ciudad de Wari se producía fina cerámica policroma, bellos tejidos también policromos, pequeñas esculturas de turquesa, joyas y otras artesanías.

Influencia tihuanaco

La cultura tiahuanaco se desarrolló en el altiplano entre los años 1580 a.C
Esta divinidad se ve en las culturas posteriores tiahuanacas, que aparece representado en la conocida Puerta del Sol, ubicada en el complejo de Kalasasaya (en Bolivia).


Monolitos waris, en Ayacucho (Perú)

Los monolitos

Los monolitos waris tienen influencia tiahuanacota, sin embargo sus personajes no muestran las posiciones severas que caracterizan a los monolitos de la civilización del collao.

ORGANIZACIÓN

La cultura Wari creó instituciones administrativas, ademas de guardar una estructura jerárquica en los centros que fundaron. Contaron con almacenes, talleres artesanales y centros habitacionales.
Todo ello dentro de una organización basada en la reciprocidad con las poblaciones que asimilaron. Por eso el estado de la cultura Wari organizaba fiestas y agasajos que más tarde le permitían obtener las prestaciones de trabajo. Asimismo en tan complejo imperio, fue necesario crear un método para la contabilidad y control. Los hallazgos arqueológicos han demostrado que los habitantes de la cultura Wari ya utilizaban un tipo de quipu y que desarrollaron una red de caminos que conectaban la capital con los centros regionales.

Aspecto Económico.

Dado el carácter imperial de este Estado; su política económica se orientó, a explotar a los pueblos colonizados.
El arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras, refiriéndose a este aspecto señala: «La política de los ayacuchanos parece haber estado orientada a obtener el máximo de utilidades agropecuarias, en los valles colonizados, tanto en la sierra como en la costa. Aprovechando la experiencia agraria local, así como la de todos los territorios conquistados, se desarrolló un programa hidráulico de vasto alcance, habilitando nuevas tierras en cada valle y racionalizando la siembra y la cosecha (….) la construcción de canales, reservorios de agua y otros servicios agrarios, fueron también utilizados para el mantenimiento urbano, el que además fue complementado con caminos a lo largo del Imperio”.



RELIGIÓN

La religión de la cultura Wari fue el resultado del sincretismo de divinidades locales, especialmente de Ayacucho, Nazca y Pachacamac. Lograron expandir el culto al Dios de las Varas (una variante local, distinta de la versión Tiahuanaco). De acuerdo con las investigaciones, la difusión del culto de la cultura Wari sirvió como elemento de expansión territorial y cultural.

URBANISMO

Esta cultura introdujo nociones y patrones novedosos en la formación de las ciudades en los Andes. La concepción centralista permitía controlar a la población y el cumplimiento de sus actividades. Los centros estaban organizados en función de un eje norte-sur y eran construidos cerca de caminos principales que formaban toda una red vial. Sin embargo, solo la elite residía en las ciudades; la gente común acudía únicamente para cumplir con sus tareas o participar en las ceremonias religiosas y vivían en las zonas rurales aledañas. Entre los principales centros de la cultura Wari encontramos, cerca de Cuzco, la capital provincial Piquillacta, que tuvo murallas de hasta 12 metros de altura y que ocupó un área de casi dos kilómetros cuadrados. Casos similares encontramos en Moquegua, Cerro Baúl y en las serranías de Lima y en el callejón de Huaylas, donde están Huaricoto y Huilcahuaín, respectivamente.

Fin de la cultura Wari

Se desconoce a ciencia cierta el motivo del fin de la cultura huari. No es arriesgado suponer que un imperio tan vasto habría visto surgir ciudades coloniales que competirían con la capital en abundancia e importancia, eventualmente dando lugar a guerras intestinas.
Si a ello se suman ciertas condiciones climáticas apremiantes, que habrían obligado a los pobladores a competir por los recursos, es comprensible que el Imperio se haya desintegrado en un conjunto de señoríos o feudos provinciales.
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